Nadia Barkate
(Bilbao, 1980)La obra de Nadia Barkate sorprende por su espontaneidad e inmediatez a la vez que nos remite una y otra vez a la esfera de lo íntimo cotidiano abordando cuestiones sobre la identidad, el cuerpo o el deseo. Barkate trabaja de forma expansiva, voraz en ocasiones, especialmente cuando se trata de obras de gran formato en las que compone escenas evocadoras que hábilmente posponen cualquier tipo de lectura o narrativa directa. La artista combina a su antojo motivos tan dispares como figuras de reminiscencia clásica, autorretratos, elementos vegetales o grafismos con las que organiza escenas cercanas al ámbito de la ensoñación. Dentro de este torbellino visual nos encontramos sin embargo con una práctica pausada y llena de matices con la que la artista nos hace cómplices de sus elucubraciones. La técnica de la aerografía y la acuarela le permiten trabajar de forma rápida e inmediata lo que refuerza la naturaleza asociativa presente en el proceso creativo de la artista. La repetición de ciertos elementos compositivos como el hombre mosca o sus propias manos apuntan hacia una práctica algo obsesiva con la que pretende agotar las posibilidades dichos motivos.