Evi Vingerling
(Gouda, 1979)El trabajo de Evi Vingerling se encuentra situado cómodamente entre la abstracción y la figuración; sus pinturas son efectivamente el terreno propicio donde establecer un dialogo productivo entre estas dos esferas. Los ágiles trazos que normalmente combinan dos colores se distribuyen sobre la superficie de lienzo para poco a poco ir conformando la estructura de una imagen. La aparente fluidez de sus pinturas contrasta con un proceso creativo que muchas veces es física y mentalmente agotador. Tomando como punto de partida una vivencia o una fotografía, la artista somete la imagen a un salvage proceso de reducción de formas. Sus pinturas casi abstractas confrontan al visitante con un tipo de imaginario que muy a menudo requiere un reposicionamiento, un ejercicio mental a través del cual el espectador es capaz de capturar la totalidad de la imagen representada —lo que al principio parecen trazos dispersos se revelan progresivamente como partes de una estructura más compleja.